Después de un largo viaje por el sur y gracias a Erwin de Villahermosa, llegamos al Distrito Federal por la mañana, dispuestos a ir a honrar a la madre de México a toda costa.
No teníamos ni idea de lo que nos ibamos a encontrar: un show prehispánico-cristiano, en plena idolatría por su madre nunca vista.
No teníamos ni idea de lo que nos ibamos a encontrar: un show prehispánico-cristiano, en plena idolatría por su madre nunca vista.
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